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El enfoque directivo es un elemento clave para que la organización perdure y genere valor en todos los sentidos y para todas sus audiencias.

¿Por qué es todo un reto?

Las organizaciones todos los días se enfrentan a distintos desafíos de forma simultánea. Tanto así, que los líderes en ocasiones se encuentran abrumados entre reuniones maratónicas, agendas poco flexibles, listas de actividades que no disminuyen y, al final del día, terminan con la sensación de pocos avances.

Si a eso se suma la presión constante por permanecer conectados, la necesidad de dar respuestas inmediatas y de atender el corto plazo, distinguir las prioridades se torna muy complejo. 

¿Cómo separar lo trivial de lo que de verdad importa?

En cuanto al Rol Directivo, cuando se dice “lo que de verdad importa”, se hace referencia a tener clara la intención de la empresa. Entre las preocupaciones típicas del rol directivo, se pueden mencionar:

• Diferenciar lo que se busca en el Largo, Mediano y Corto Plazo
• Concluir proyectos estratégicos
• Crear lo que hoy no existe y requiere más energía, tiempo y enfoque
• Tomar decisiones que implican retroalimentación de diferentes audiencias
• Lograr un equilibrio con el aspecto personal, familiar u otros
• Contar con un plan de paso de estafeta óptimo en el mediano plazo

Los 3 Factores que contribuyen al enfoque directivo

Desde el punto de vista de gestión del cambio, los factores que hacen la diferencia para un mayor enfoque directivo son:

1) Lograr un cambio de mindset. Lo anterior para responder ante los nuevos retos provocados por la evolución misma de la empresa. Se dice que cada que aumenta un cero a la derecha la facturación de la empresa, o el número de sus colaboradores, es necesario que sus líderes realicen un cambio de mentalidad, actitud y/o perspectiva para gestionar a la organización.

En este sentido, técnicas de retroalimentación como el Coaching Ejecutivo son herramientas que pueden ayudar a acelerar y a realizar de manera óptima este tipo de procesos de transición.

2) Contar con un equipo de trabajo comprometido y confiable. El rol de un Director implica en esencia, inspirar a otros hacia una meta en común. Así pues, es casi obvio que el equipo de colaboradores (en este caso, el primer cuadro de acción) es un factor crucial para el éxito. Pero no sólo es contar con talentos con el perfil adecuado, sino que además, éstos colaboren de manera alineada y coordinada para cumplir el propósito de la organización.

La facilitación estratégica es una herramienta que contribuye a la alineación de un equipo gerencial y a que éste se mantenga comunicado, sobre todo en periodos de reciente formación; fomentando la creación de nuevos hábitos y contribuyendo a incrementar la confianza colectiva. 

3) Trabajar en la cultura organizacional deseada. Toda organización tiene una cultura. Esto es, una serie de conductas, creencias y valores inconscientes que se comparten por sus integrantes y se consideran como válidos.

Si tomamos en cuenta lo que Peter Drucker dijo: “La cultura se devora a la estrategia en el desayuno”; es evidente que trabajar en la cultura deseada es un factor a considerar por cualquier equipo directivo a la hora de introducir cambios estratégicos. Y es ahí en donde la gestión del cambio, cobra mayor relevancia para hacer que la gente quiera, pueda y esté lista para abrazar el futuro.

Así púes, la gestión del cambio, ya sea a nivel organizacional, a nivel equipo con herramientas como la facilitación o a nivel individual con el Coaching, contribuye al enfoque directivo y a la permanencia de la organización.

Por último, dejamos algunas reflexiones:

• ¿Has utilizado alguna de estas herramientas? ¿Cómo ha sido ha sido tu experiencia?
• ¿A qué otros retos se enfrenta un Director además del enfoque?

Déjanos tus comentarios, nos encantará leerte.